La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo. En un adulto mide de media entre 1.5-2 metros cuadrados de extensión y desempeña un papel crucial en la protección y funcionamiento del cuerpo.
Está formada por tres capas: la hipodermis, la dermis y la epidermis. Esta última es la más externa, la que podemos ver y tocar, y se renueva constantemente.
Cada 28 días las células que forman esta capa son reemplazadas por otras nuevas. Este ciclo es esencial para mantener la salud y apariencia de la piel, ya que permite la eliminación de las células muertas y dañadas, al mismo tiempo que se regenera y reemplaza por células nuevas y saludables.
A medida que pasan los años, esta velocidad de renovación celular se va ralentizando y el ciclo de renovación de nuestra piel se hace más largo. Esto tiene diversas consecuencias en la piel, desde una apariencia apagada y una textura menos suave hasta problemas más graves como la aparición de manchas oscuras o poros obstruidos que dan lugar a imperfecciones como puntos negros y granos.
Pero eso no significa que no podamos hacer nada para ayudar al proceso natural de renovación de nuestra piel. Aquí te dejo unos cuantos consejos:
- Sigue una alimentación equilibrada y bebe suficiente agua. Consumir una dieta rica en antioxidantes, vitaminas y minerales contribuye a la salud de la piel.
- Duerme las horas suficientes. Un buen descanso es esencial para mantener una buena apariencia en tu piel. Durante el sueño, el cuerpo se enfoca en la regeneración y reparación celular, lo que contribuye a una piel más fresca y radiante.
- Evita el estrés, ya que este puede afectar negativamente a tu piel. Practica técnicas de relajación (yoga, meditación) o simplemente haz más de esas actividades que te gustan y te ayudan a desconectar del día a día.
- Crea una buena rutina de belleza que ayude a tu piel a mantener el ritmo de regeneración.
Es importante analizar cada caso en particular, pero de manera general para acelerar y modificar el proceso de renovación de la piel los activos cosméticos que utilizamos son los transformadores: los hidroxiácidos y los retinoides.
¿Tu rutina no incluye ninguno de estos activos? Los vemos brevemente para que los conozcas y empieces a usarlos ya mismo.
Los hidroxiácidos realizan una exfoliación superficial de la piel sin necesidad de fricción mejorando su textura. Hay tres tipos:
- Los alfahidroxiácidos (AHA). La estrella de este grupo sin duda es el ácido glicólico, ya que por su estructura es el que mayor capacidad de penetración tiene y por tanto mayor poder exfoliante. Un sérum formulado con un 20% de alfahidroxiácidos (AHA) que me encanta es Glicolmix de Segle ya que contiene un 15% ácido glicólico.
- Los betahidroxiácidos (BHA). Son los mejores para pieles grasas ya que son liposolubles y penetran muy bien en pieles con alta producción de sebo y poros obstruidos. El más conocido es el ácido salicílico, que además es antiinflamatorio y antibacteriano. Por eso no es raro encontrarlo en una gran cantidad de productos enfocados al tratamiento de las pieles grasas y/o con tendencia acnéica, por ejemplo en la loción diaria 5 Azelaic-S de Gema Herrerías.
- Los polihidroxiácidos (PHA). Los menos conocidos hasta el momento, pero darán mucho que hablar. Debido a su gran peso molecular tienen menor capacidad de penetración y eso los convierte en los ideales para las pieles más sensibles. Si es tu caso también puedes uasd este tipo de productos, solo tienes que saber cuál es el idóneo. Por ejemplo la crema renovadora PHA-PG de Gema Herrerías o el Skin D-Pigment [AHA10-Overnight] de Sensilis.
Los retinoides son una familia de derivados de la vitamina A bastante extensa. Aunque la mayor parte del tiempo oímos hablar del retinol (ya que es el que mayor evidencia científica tiene) no debemos detenernos ahí, ya que los demás componentes activos (retinaldehído y retinil palmitato) también tienen unas propiedades muy interesantes. En mi opinión, debido a su interés merecen una entrada completa en este blog hablando sobre ellos. Mientras tanto os dejo este breve resumen sobre retinoides que publiqué hace tiempo en Instagram.
Es importante combinar estos activos transformadores con otros activos que nos ayuden a reparar y reforzar la función barrera: ceramidas, centella asiática, factores de crecimiento, niacinamida, ácido hialurónico, pantenol…
Ahora que ya sabes cómo puedes darle un empujón a la renovación de tu piel… ¿te pones manos a la obra para recuperar tu piel de los excesos veraniegos?
